lunes, noviembre 12, 2007

Estoy borracho. Me he emocionado tanto de que vengan a verme mis hermanos que se me ha ido la mano con el vino en la comida. Y puestos a perder el sentido, mi embriaguez ha decidido que sea a lo grande y me he echado un copazo de vodka con hielo. Y luego me he puesto al hijo de perra de juaquin sabina que es el gitano más grande que ha parido madre. Que no sabe cantar ni bailar, ni hacer ciento volando de catorce pero para cuando estás bebido te hace creerte Steve Mcqueen. Y además me lo presentó mi chavala después de un concierto. Y pensando que en unas horas me traen una cajetilla de puritos y una par de botellas de algo, me he puesto a ver fotos en papel de cuando fuimos los mejores y los stones sacaban discos que merecían la pena y nosotros nos comprábamos entradas para verlos. Y quedábamos a las seis de la mañana para desayunar unos cafés y poder comprar billetes a Barcelona. Y ya os dije que pensarais la cantidad de veces que nos ha sorprendido el amanecer buscando el bar donde tomar la penúltima. Y es que yo me habré ido a esta mierda de ciudad, y me figuro que vosotros venís a decirme que os quedáis un año más en Italia, y el Daviz quiere irse con mi primo a no sé dónde, pero me da igual la mierda de distancia que queramos poner entre nosotros. Yo me he equivocado, y me meo en el mea culpa, y digo que las huidas son para los perseguidos. Y a mí no me perseguía nadie. Que a la vida la perseguía yo por las noches, para pedirme que me quisiera como la quería yo a ella. Yo era el tipo más feliz de mi calle. Y ahora ni siquiera me sé las calles sin mirar un mapa. Y los que me leen saben que ayer me cagué en las ciudades de tres mil habitantes. Esta noche me da igual donde la pase. Porque con vosotros vuelvo a ser yo. Que yo no bajo del caballo con cualquiera. Y sois los putos amos y si hace falta me quito el sombrero y lo tiro al suelo y lo piso. Y vale que otro dinero está detrás de nuestras borracheras y nuestras propinas, pero no por eso somos menos generosos. Y que los judíos también son personas, y las putas y los pedigüeños.

Y yo aún, que soy sólo humo. Sólo actitud y leo lo que me dicen, gasto más que gano, opino lo que toca y me meto por la nariz todo lo que me quieran dar en el váter, pero os tengo a vosotros. Una chica bien y tres queridos hijos de puta. Es lo que tengo de más valor. Eso y unos zapatos de piel. Pero vosotros no sois como yo. Por eso tengo suerte de seguir a vuestro lado. Y a la chica que se despierta conmigo una vez al mes ya se lo dije en la primera cita, que vosotros sabréis que hacéis con vuestra vida, y con la mía, porque la he puesto en vuestras manos desde hace mucho. Y yo no soy más que lo que queráis hacer conmigo. Y habéis decidido gastar vuestro tiempo y vuestra salud con un hijo de puta como yo. Ahora no vale decir ya te llamaremos. Ahora toca ser consecuentes y si cae uno caemos todos. Y eso lo digo desde el egoísmo, porque tengo la corazonada de que voy a ser de los primeros en caer en desgracia.

Y tengo una madre que no me merezco, que sabe más de mi vida que todo lo que yo he vivido. Y unos compadres que llamarles amigos sería faltarles el respeto. Porque todo lo que yo no tengo lo llevan ellos a la espalda. Y hacen con los ojos cerrados lo que yo no haré en mi puta vida. Y lo de bajar desde las estrellas para darme un beso, eso ya ni lo nombro.

Yo puedo pasar del vino, del jazz, de hablar con las putas y los vagabundos. De probarnos ropa de los contenedores. De los discos de los rolling y de los de Peter D. Si me apuras renuncio a Paco el de Lucía y a las pelucas. Y puedo no probar un gramo de mierda nunca más en la vida. Y me dan igual las películas que hemos visto todos mil veces. Y los libros de moda que no son másvendidos. Y puedo no bailar más. Y mantener la compostura y los pantalones puestos durante toda la noche. Y me puedo pasar los lunes viendo la teletienda. Y dejar de saludar al chino del chino, y de desayunar en el mercado central los domingos por la mañana. Y si queréis me tomo la revancha yo solo. Y no le vuelvo a mirar el escote a la camarera del bar dónde vamos los domingos. Pero de mi vida no salís si no es con los pies por delante.

Vosotros veréis, queridos hijos de puta.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Quizas hoy sin querer mi espiral de la vida me ha llevado a ti,creo que los dos caminamos por el lado equivocado de la calle,o el que hemos elegido....
Me gustaria saber mas de ti....

Anónimo dijo...

Tambien me encanta el vino...