jueves, diciembre 17, 2009

Mientras tú cogías un vuelo que te trajera de vuelta de Praha nosotros nos subíamos en mi coche nuevo. Alemán y azul oscuro. Preciosamente aerodinámico. Un supositorio de metal.
La noche anterior habíamos estado cenando en una barra de pie donde el camarero te servía según su criterio y luego al final te pasaba la cuenta de manera estimada. Después habíamos ido no sé dónde pero se bebía mucho, y al final a una especia de asociación cultural independentista, racista, xenófoba, xilófono y llena de gente encantadora. También se bebía mucho. Tanto que bebimos ginebras tónica y después recitamos los cuatro versos que todo el mundo conoce de Zorrilla encima de un escenario sin más decorado que nuestra falta de ridículo. De sentido del ridículo mejor dicho.

Ante un público incrédulo compuesto en su mayoría por estudiantas de arquitextura. La vergüenza agrede al que la percibe no al que la ejecuta.

Nos subimos a mi bólido con la cabeza en jonolulú, el estómago en san diego, y la voz no estaba allí siquiera. Conduje yo, pues mi acompañante carecía y carece de la licencia que se lo permita.

En apenas dos horas y poco estábamos en nuestro destino. Si es que nuestro destino era la casa compartida a tres bandas entre una modelo cocainómana, una adolescente en pijama de osos, y creo que otra tipa comiendo pizza. Según ella la peor pizza que había comido en su vida. Ahora sé de la delgadez de la modelo. Y de sus jobis. Todo tiene una explicación en esta vida si lo piensas al menos dos o tres veces. Les dejé mi tarjeta de socio de una cadena de restaurantes de comida rápida, se hicieron medio gramo mezclado con pastillas machacadas y nos fuimos a coger un taxi.

Cenamos mierda. Con una chica con cara de niña y pecas que era decoradora de escenarios de cine y de televisión. Había tomado café con Julio Médem. Uau. Es un uau sincero, verdaderamente es lo que más me enterneció del mitin. Acaparó magistralmente toda la cena con un monólogo ininterrumpido que a los demás nos permitía comer y alunizar al mismo tiempo. Café con coca-cola.

Creo que otro poco de espidifén en el baño y después vimos en concierto a un grupo de Escocia, y después a unos pobres granadinos desorientados y con el canal dos de la guitarra tres jodido desde el minuto cinco coma diecisiete. Yo recuperé la voz con licor de avellana y la volví a perder en la canción que dice que la chica ha sido una mala puta y le va a joder la vida todo lo que el desgraciado desconsolado y herido pueda. Después de tal motivación de odio me hice mi foto de ese mes con el Señor Puig, como a mí y al él le gusta que le llame. Un pinchadiscos local que había cenado con nosotros dos platos de patatas fritas seguidos y Julio Médem sin aparecer. Black Rebel Motorcycle Club, The Queens of the Stone Age y los New York Dolls. De puta Madre vaya.

Luego a un bar con el nombre tomado del nombre de pila del cantante de Pulp. Quiero ser como la gente normal. Quiero hacer las cosas que hace la gente normal como tú. Y estaba un nutrido grupo de nutrias. El cantante de los interplanetarios galácticos, Armando bulla que sabes que me conquistaste en ese viaje al centro de tu universo, la modelo otra vez, ahora con burbon en una mano y su futuro en el mundo de las pasarelas en un pañuelo en la otra, el mismo pinchadiscos, la niña del pijama a rayas sin pijama. Además he dicho que era de osos, no de rayas. Rayas en el agua-estancada del fondo. Un yupi en sus mundos con una chica mucho más joven que él. Y todo lleno de purpurina y papel albal. Recuerdo que fue justo en este momento cuando decidimos abrir el Scandinavia. A imitación del Groenlandia. Y los jueves habrá una fiesta que se llame Scadinavian Airlines sólo para erasmus borrachas.

Jamás había visto un traje de Prada. Son negros.

Bueno que nos lo pasamos de puta madre y había prometido escribir esta crónica y poner las palabras modelo cocainómana. Perdonadme todos lo citados en este relato que han salido mal parados. Sobretodo Margot y Jota.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

x fin! gracias hipster!
la próxima vez conduzco yo.
bonita crónica.
bonita foto(la segunda del Scandinavia).

carolain (;

Nando dijo...

Hombre, tu blog vuelve a producir, gran noticia. Lo descubrí hace poco y solo había podido leer entradas de hacía bastante.
Soy un amigo Monravaleño; leyéndote a tí, entiendo un poco más al personaje de David.
Au!