Quince agosto


Estoy tumbado en una cama para dos. Somos dos, de hecho. No es todavía de noche pero falta poco. Aún hay luz.

Sábanas color naranja.

Esta mañana hemos salido a navegar. Y yo he llevado el timón un buen rato. Nos hemos bañado en alta mar.

Después hemos vuelto al puerto a comer gazpacho y arroz con verduras. Verdurita buena con postre de granizado de café y vainilla. Y ahora estoy escribiendo esto mientras tú duermes. Y me has preguntado que qué hago y te he dicho que escribir, y tú me has dicho que siga escribiendo y te has dado la vuelta y has seguido durmiendo. Cada uno hace lo que mejor sabe.

Nos están llamando todos los amigos. Hemos puesto un disco de Kings of Convenience en el portátil para la siesta.

Porque hoy íbamos a dar una fiesta de disfraces en nuestra casa, pero al final no. Cenaremos algo por el Carmen en una terracita con sillas.

Y luego queremos ir a la playa a beber más vino y bailar en un chiringuito desde el que se vea el mar.

Ahora dejo de escribir y te abrazo. Voy a intentar darte besos aunque estés dormida.